Los Anunnakis

Es el nombre que las civilizaciones sumerias y akadias utilizaban para referirse al grupo de dioses a los cuales les rendían culto, sin embargo, los ufólogos modernos, creen que éstas deidades antiguas fueron realmente una civilización de extraterrestres que convivió con la Humanidad hace miles de años. Es decir que los dioses paganos no eran mitos, sino que visitantes reales de otro planeta. Una de las teorías más recientes está basada en un mito babilónico; los Anunnakis eran los hijos de Anu y Ki, los dioses hermano y hermana que descendieron desde el cielo a la Tierra e hicieron la Creación. Otra teoría bastante conocida y aceptada es la leyenda sumeria: Dice que existe un planeta más en nuestro sistema solar, llamado Nibiru, que tiene una órbita elíptica similar a la de un cometa y que tarda 3600 años en dar una vuelta completa alrededor del sol. Según los sumerios sus dioses (estos seres) bajaron a la tierra desde el cielo, mucho antes de la creación de la humanidad. Para los sumerios, al igual que para otros muchos pueblos de la antigüedad, sus dioses fueron seres de carne y hueso que un día habitaron entre ellos y de los que aprendieron numerosas actividades y normas de convivencia. Ellos vinieron como colonos y explotadores, buscando minerales para su planeta. Hicieron de la Tierra su hogar y empezaron a construir ciudades, ciudades que asociaron a funciones determinadas y gobernadas por Anunnakis. Ante la dificultad de extraer los minerales necesarios de manera rápida tuvieron la idea de crear un trabajador esclavo, el Hombre. El hecho de la creación del hombre es sorprendente en la versión de Frisell, ya que supone que fuimos creados como unión de dos razas, una de Nibiru y otra de Sirio; otras teorías dicen que somos híbridos (una unión de un primate y un annunaki), creando un ser pensante y sintiente. Teoría bastante aceptable ya que el llamado “Eslabón Perdido” no existe.

Creación del Hombre según un

sobre relieve Sumerio (izquierda) y cadena de ADN actual (derecha), en la figura de la izquierda se aprecia una cadena de cromosomas con los  23

pares claramente.